1er viaje: Pachuca , a instalar el enlace vía satélite para la red de directores y mandos medios de la SEP; de la comida que recuerdo, los pastes, pan de hojaldre con relleno de guisados, mole, jamón, atún etc, riquísimos. La barbacoa de borrego y hasta el pulque.
2o viaje: ruta León-Aguascalientes-Zacatecas-San Luis Potosí- Querétaro acompañado de una cámara fotográfica en la cual capté hermosos vitrales, estructuras arquitectónicas de la Nueva España, artesanías de cantera, monumentos barrocos, comida típica tradicional, en León en el Panteón Taurino, en Aguascalientes: La cenaduría San Antonio, San Luis : las enchiladas potosinas en algún restaurante del centro, Queretaro: Barbacoa de Santiago.
Aquí empieza a suceder la extraña sensación de quererse llevar parte de lo visto hacia el bolsillo. Ocurre con la fuente que esta en la calle que conduce a espaldas de la Catedral , una fuente con faroles en la parte superior, hecha de cantera, que sirve, aparte de adorno, como glorieta, hicieron una reproducción en miniatura, la cual luce bella en la mesa de la casa.
También nos trajimos tamales de la Cenaduría.
3er viaje : Sinaloa-Sonora-Baja Sur y Baja Norte, las altas temperaturas trabajando a más de 40 grados en las azoteas orientando las antenas hacia el satélite. Conociendo La Paz, Tijuana, Mexicali, Hermosillo, Culiacán, dado que el proyecto era conectar las Secretarías de Educación Estatal (ubicada en la capital de cada estado) con la SEP en el Distrito Federal.
“Hace mucho que quería hacer esto”- dijo Alejandro Gonzalez, compañero de trabajo, vaciándose un bote de cerveza Tecate sobre la cabeza para refrescarse, en el momento que estábamos a la orilla del mar a 40 grados a las 7 de la tarde en Bahía Kino, la cual esta a un “six” de distancia desde Hermosillo. Es cuando comprendí que esto se trata de un equilibrio, de un balance entre la responsabilidad del trabajo y el placer, debido a que el trabajo que habíamos realizado en Hermosillo nos había costado bastante y estuvimos muy orgullosos de haber concluido satisfactoriamente.
Como había luna llena aquel día, nos pudimos quedar hasta las 2 de la mañana nadando en el mar. Ese sería el disparador inicial de valorar lo que he hecho hasta ahora.
De Sonora nos trajimos las famosas figuras de palo fierro, en Ensenada comimos los fish taco, el pescado sarandeado y en Culiacan los camarones en aguachile y la crema de ostión del restaurante los Angulo.
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