La llegada al IMER en 1992 con el objetivo de cumplir con el trabajo social para concluir mis estudios en la ESIME Culhuacan, trajo las primeras experiencias y aproximaciones a la música y la lectura. El encargo era el mantenimiento y soporte técnico a los estudios de grabación en Coyoacán, recuerdo 3 pequeños y uno grande, donde incluso se llegaban a dar conciertos abiertos al público.
En los estudios pequeños me tocó observar el trabajo de las grabaciones de La Hora Nacional, también la producción de programas como Letra y Música Latinoamericana de René Villanueva, el programa Viva La Radio y las grabaciones de comerciales y anuncios de identificación de estación, también encontré a Jose Luis Cuevas con su programa acompañado siempre de hermosas mujeres. En el estudio grande presencié la transmisión y grabación de programas en vivo de OPUS 94 , los conciertos de grupos que iniciaban y sobresalían con Rock en Español como La Castañeda, Maldita Vecindad y otros ya consagrados como Tex Tex, Botellita de Jerez y otros que no puedo recordar correspondientes a la estación de radio Estéreo Joven. También grabaron en ese estudio la música que se presentaría en el stand de México en la Expo Sevilla 92 con motivo del 500 aniversario del Descubrimiento de América, en el cual participó Jorge Reyes y un guitarrista que, haciendo conjeturas al paso de los años, debió ser Paco Rentería ya que en aquel tiempo no era tan conocido comercialmente hablando. El Coro Darío Miranda dirigido por el Sacerdote Javier Gonzalez también se presentó a grabar en ese foro. Había concierto los lunes por la noche, en los cuales participó el flautista Horacio Franco, antes de ser tan famoso, también toco el cello Jimena Giménez Cacho y pude ver como sacaban del aire a un violinista, cuyo nombre no recuerdo, que venía de un retiro de 3 años y era claro que desafinaba (según los especialistas, porque yo no lo detecté) entonces se armó un pleito con su familia que reclamó que cortaran la transmisión de su concierto.
El Director de Ingeniería era el Ingeniero Terán y su hijo, un reconocido Ingeniero de Audio de Bellas Artes, Humberto Terán trabajaba allí. Mucha gente brillante del medio de la cultura vi pasar, creo que fue demasiado para el inicio. Tuve la suerte de presenciar la instalación de una nueva consola de audio y de ver su estreno, ahí fue donde descubrí que el sonido es volumétrico, con monitores Bosé, tiene cuerpo gracias al aire que propagan las ondas sonoras pero mas que todo tiene un lugar preciso donde puedes asegurar que estuviera fijo como si fuera una esfera suspendida frente a ti al nivel de los ojos formando un triángulo equilátero entre ella y los oídos.
Llegué ahí por 6 meses pero gracias a una plaza eventual me quedé casi un año ganando experiencia pero perdiendo la validez de mi Servicio Social.
Al escuchar en el IMER las grabaciones del programa “letra y música Latinoamericana” llega a mis oídos la lectura de los fragmentos seleccionados por René Villanueva del libro Trilogía “Memorias del fuego” de Eduardo Galeano, el cual me pareció maravilloso los cuales leí con entusiasmo y de ahí abrí la puerta a sus libros, El futbol a sol y sombra, El libro de los abrazos, Patas arriba, Las palabras andantes, todos ellos escritos en su mismo estilo, notas de menos de una cuartilla, como dándonos solo probaditas de pasajes históricos o novelescos, invitando a investigar más a fondo a quién lo quiera hacer.
Al igual que la colección de discos enlistados dentro de la programación de Radio Educación, tomé como guía para seguir abriendo puertas a la fantasía de la literatura y los cuentos una lista de libros top 100 publicados hace tiempo por el periódico Reforma que no podían faltar en el acervo de algún mexicano (mero slogan), como todas las listas de popularidad fue sometida a duras criticas pero algunos de los títulos eran los siguientes:
El Quijote, El arte de la Guerra, Cuentos de Charles Dickens , Cuentos de Esopo, Pipi Longstocking, Ulises, 1984, Cien Años de Soledad, Romeo y Julieta, Cuentos de Edgar Allan Poe, entre otros.
El recorte presupuestal en el IMER hizo que perdiera el trabajo pero por el entusiasmo de seguir en el medio me movió a conseguir un puesto como operador de consola de audio en la estación de radio Educación en el 1060 de AM, con algunos consejos de mis excompañeros pude pasar las pruebas y me quedé asignado a la cabina de Onda Corta , la cual tenía una programación similar a la de AM solo que variaban los tiempos de transmisión. Ahí vino otra etapa mas completa de conocimiento de gente ligada a la cultura empezando por los locutores como Emilio Ebergengi, Pepe Gonzalez Márquez, El Cafetero Solitario, Rocio Mendez, y un desfile de personajes como Gabino Palomares, Tito Vasconcelos, Marcial Alejandro entre muchos otros. Valía la pena el esfuerzo ya que los horarios eran de las 6 de la tarde a las 12 de la noche y debido a que no había transporte a esa hora yo me desplazaba en bicicleta diariamente desde la estación de radio ubicada en Adolfo Prieto y Angel Urraza hasta mi casa por los rumbos del metro Xola.
El musicalizador era Ricardo Lopez Espinosa y gracias a él comencé a navegar por mares de música ignotos hasta ese día por lo cual decidí guardar las hojas de la programación diarias con la idea de adquirir mas adelante uno a uno los discos con las canciones o melodías que me habían hecho vibrar. A lo cual renuncié años mas tarde ya que 3 mil discos no eran suficientes para alcanzar la magnitud de la fonoteca de Radio Educación que según sé es la más grande en toda Latinoamérica.
El salario era muy bajo y la grilla interna de aquel que se hace decir mártir del 68, Raul Jardón, ahora líder sindical de los trabajadores de la estación, hizo que se cerrara el proyecto de la onda corta y ahí termino el capitulo donde dejé buenos amigos y aprendí mucho de la vida, no así de la carrera que había estudiado.
La herencia que me deja el haber pasado por las estaciones radiofónicas es la MUSICA, no la música de los que la estudian para tocarla en algún instrumento ni la que estudian los acústicos para entender el fenómeno físico, sino la MUSICA esa que toca tu ser y que una vez que la escuchas te atrapa, no importando si es clásica, pop, rock, jazz, blues, electrónica, etc.
Empezó el gusto en casa cuando escuche en discos de pasta una voz con un timbre especial que atrajo mi atención, era José Mujica, el cual era el disco preferido de mamá, yo debí tener 7 años cuando lo escuchaba, las canciones eran de Maria Greever. También la influencia de mi papá al escuchar las canciones que cantaba en trío junto a sus compadres Miguel (requinto), Trinidad (guitarra) y algunas veces solo acompañado por su sobrino político Memo(requinto). La música llegó en forma lírica a ellos y así me la transmitieron, al grado que a esa misma edad era la curiosidad de las fiestas cuando me llamaban para cantar con ellos “El rey” de José Alfredo Jiménez y años mas tarde agregamos al repertorio la canción: “La de la mochila azul” que diera a conocer Pedro Fernandez por aquel tiempo.
Mi hermano Ricardo también me acercó a la música agradable dándome a conocer los discos de Santo y Johny, Queen y su disco Rapsody Boheme y la música “dance” de aquella época como Bee Gees y su “Saturday night fever”, la música POP como Barbara Streisand, Neil Diamond, Bread, Elton John, o las clásicas de Radio 590 la Pantera o Radio Capital como Creedence Clearwater Revival, Alan Parson Project, Eagles, etc, donde nos hizo ganar algunos discos con sus llamadas a la radiodifusora.
Me dejó esa costumbre , viva aun, de llamar a la estación de radio para pedir una canción, ganar un premio con las trivias o simplemente opinar al respecto de algún tema. Esto lo hago preferentemente en el programa “La otra versión” los martes a las 19hrs por Opus 94.5.