Hubo un
tiempo de esplendor de la infancia donde vivimos en esta calle, junto a la casa
de Pedro, la casa mas bonita de la colonia, una casa moderna, con jardín al
exterior de la calle, con una área verde
muy grande donde había arboles de higo, chabacano y enramadas. Un cuarto
de herramientas al fondo con ventana de madera en forma rectangular.
Al interior
de la casa había un comedor estilo Luis XV con forro rojo, una sala igualmente
roja, 2 recamaras y un baño con tina , donde formados estaban los muñecos de la
serie animada llamada “La familia Telerin”, una cocina toda equipada. Una
vitrina con vajillas muy elegantes color bugambilia. Su mamá tenía una consola donde ponia los discos de acetato , que le regalaba Don Willy o ella misma se compraba, era una colección principalmente de música de trios y romántica en general muy variada y muy bella música.
Los coches
a la puerta eran un Sakura negro y un VW azul, y cuando llegaba Don Willy había
un carro color vino amplio de no recuerdo que marca. Lo mejor de la casa no era
por supuesto todas esas cosas sino la amistad de Pedro. Con él viví momentos de
felicidad compartiendo juegos, y peripecias correspondientes a nuestra edad.
Desde un incendio provocado por nosotros mismos de todo el pastizal, peleas de
mentiras y peleas de verdad, donde montamos un ring y realizamos un torneo con
guantes de box, algunos momentos oscuros
donde tomábamos rifles de municiones y nos poníamos a disparar a las lagartijas
y en momentos menos brillantes a los pajaros. Muchos momentos de ocio donde
solo bastaba con una televisión a color y las jícamas o pepinos rayados con
chile o solo un chile en polvo llamado “tico”. Solo eso bastaba para concretar
el momento de felicidad.
La moto
que los Reyes Magos le trajeron a Pedro
fue algo sorprendente , la cual sirvió para dar vueltas por toda la colonia y
hasta sirvió para “llevarse de corbata” a Don Willy. Su perro “el gringo”, un collie
cruzado con raza sin nombre era también nuestra compañía.
Fuimos
testigos de todas las novias que metió Alex a la casa y a las cuales
descubrimos alguna ocasión , incluso, sin ropa.
Sabíamos
todas las fechas de Reyes que Pedro recibiría el ultimo juguete de moda, como
por ejemplo el hombre elástico, el cual jalábamos sus brazos y llegaban a alcanzar
hasta un metro de extremo a extremo y el cual solo duro 4 hrs dado que uno de
nuestros cuates picó con un alfiler y echo a perder la diversión. En aquellos días
de alegría no había preocupaciones de andarnos cuidando de los peligros en las
calles pues un dia de reyes para estrenar los patines que nos habían traido
fuimos solos hasta la 3ª sección de Chapultepec y descendimos por la parte
trasera (zona de Virreyes) a donde sufrimos una caída por no saber frenar en las
bajadas pronunciadas. Los patines solo duraron unas cuantas horas intactos pues
terminaron con los botines raspados ese 6 de enero.
Pedro vivía
prácticamente solo pues su mama trabajaba todo el dia y sus hermanos casi nunca
estaban, crecimos juntos haciéndonos compañía, nos vimos crecer y madurar lo vi
dar catedra de boxeo en las calles pues quien le buscaba pleito el respondía.
Una ocasión que fue por su comida a la fonda , de regreso a su casa lo
molestaron y sin mas preocupación que dejar su ollita de frijoles sobre la
banqueta fue a arremeter una tanda de golpes bien colocada al tipo que lo
fastidiaba. Una vez concluida la faena regreso por su ollita y prosiguió su
camino.
De alguna
manera nos unia algo pues a pesar de no ser consanguíneos hemos terminado vinculados
de algun modo ya que nuestras esposas son hermanas y nuestros hijos ahora son nuestros
ahijados mutuamente.