martes, 25 de enero de 2011

Viajes

Desde los paseos 2 o 3 veces por año a Tequisquiapan Queretaro, Zacatlán Puebla hasta las idas una vez al año o cada dos hacia Santa Clara Veracruz, ¿cómo le hacían para llevar a 4 hijos? No cabe duda que los tiempos (económicos) han cambiado. Íbamos para conocer y convivir con la familia, visitar lugares turísticos y degustar la gastronomía incomparable.
Visitamos también Michoacán, Guanajuato, Acapulco, Veracruz Puerto, ¡que bonita herencia nos han dejado! Tener el gusto por conocer lugares de nuestro país.

Tequisquiapan y su estructura arquitectónica del pueblo rustico ideal para los pintores y artesanos. Antes rodeada por mucha agua, ahora rodeada por mucha tierra, se ha secado, las papeleras y las casas de fin de semana de los ricos que huyen del DF agotaron los manantiales que había en exceso. Había una “fiesta” ficticia del queso y el vino pero en realidad la verdadera fiesta era en los chapoteaderos donde pasábamos más de 8 horas diarias jugando y quemándonos bajo el sol.

Zacatlán con su naturaleza sin igual, dijera alguna vez un visitante: “No tiene nada que envidiarle a Londres” por su niebla los 365 días del año. No hay nada que se compare a comerse una manzana al pie del árbol (ni las manzanas de California ni las de Chihuahua tienen tan buen sabor), la variedad de su comida, tlacoyos, menudo, chalupas y la variedad de sus bebidas de frutas con alcohol : de manzana, membrillo, verde con verde, 14 tortillas, ”seco” de naranja



En Santa Clara, la diferencia la hace la gente. Existe una teoría popular, que dice que la gente del altiplano somos “parcos” en el carácter, evidentemente con la gente de Veracruz hay alegría, fiesta hasta en los velorios, esos paseos increíbles a la playa en un camión torton con toda la familia, por un camino de terracería atravesando los cañaverales, en tiempos de la zafra llegábamos a nuestro destino todos tiznados. Caminatas por las plantaciones de vainilla, plátano, café, las comidas desde carnes de cerdo hasta tamales envueltos en hoja de plátano.

Todos los viajes han dejado, tal cual los discos, tal cual los libros, algo rescatable en la memoria, por ejemplo: de 12 tracks por lo menos uno rescatable, de 100 libros por lo menos 20 leídos a conciencia y aprendidos de memoria, pero todos dejaron algo dentro de mi que hace que mi alma sonría. De los lugares visitados: un mural, un vendedor en la plaza del pueblo, un taxista haciendo labores de guía de turista, una escultura, un restaurante típico y otro atípico, personajes comunes y no tanto, algo imborrable, en cualquier lugar, Ciudades , rancherías, fronteras, siempre cosas que recordar.